domingo, 28 de febrero de 2016

Explicaciones Comunes y Cuestionables

La práctica de la poligamia se expandió cuando los Santos de los Últimos Días migraron a las Montañas Rocosas en 1846. Su separación de Illinois y de las leyes estatales que condenaban sus matrimonios los llevaron a territorios del país que no los prohibían. No obstante, los primeros pluralistas de Utah reconocieron que no sería fácil defender la práctica religiosa como legítima. El matrimonio plural en la tierra expande las oportunidades emocionales y sexuales de un hombre como esposo, y al mismo tiempo fragmenta las oportunidades emocionales y sexuales de la mujer como esposa. Aunque sería, sin duda, diferente en los mundos eternos, en la tierra es difícil defenderlo como algo justo y no sexista.

En Esta Página

Explicación: Las Mujeres Superaban Numéricamente a los Hombres

Explicación: Valor Publicitario

Explicación: Resolver los Problemas Morales del Mundo

Explicación: El Matrimonio Plural es un Beneficio de Salud


En un artículo de 1855 del Millennial Star, periódico de la Iglesia, el Apóstol Franklin D. Richards reconoció que los mormones enfrentaban un desafío cuando daban una explicación de la práctica de la poligamia: "El tema de la poligamia levanta los prejuicios de los fieles devotos, recurre a la virtud de la persona honrada e incita el charco de barro de corrupción en el corazón de los promiscuos... Sus virtudes serán vistas y apreciadas, o malinterpretadas, según el medio a través del cual los hombres lo vean" (1).

En un artículo posterior, él mostró empatía con los críticos: "No nos sorprende... que hombres de reflexión y virtud, que tenían conocimientos del mundo, se sintieran indignados ante la Poligamia. La consideraban como algo que complacía las pasiones brutales del hombre; y desde el bajísimo nivel de virtud, apenas podían concebirlo como nada más que lascivia asociada al sexo. Respetamos los sentimientos de aquellos hombres; porque sabemos que con tales ideas, debe haberles repugnado enormemente" (2).

Los apologistas de la Iglesia intentaron defender la práctica al adoptar explicaciones que cubrieran tales críticas. Aparentemente, las cuatro razones que José Smith dio en DyC 132 no convencieron mucho a los incrédulos pero tampoco fue ofensivo para sus sentimientos cristianos.

Los creyentes de la Biblia podrían entender fácilmente las dos primeras (como parte de la "restauración de todas las cosas" y como una prueba especial para los Santos de los Últimos Días de aquel tiempo y lugar), pero no fueron muy convincentes.

En contraste, la tercera razón, "multiplicar y henchir la tierra" para proveer cuerpos para los "nobles y grandes" espíritus premortales que esperaban nacer en la tierra, sería rechazado por la mayoría de cristianos quienes por lo general no creen en la existencia premortal espiritual.

La cuarta razón, que tiene que ver con el matrimonio eterno y la deificación, es aun más blasfema para la mentalidad cristiana.

Lawrence escribió que "Smith y sus seguidores se identificaron tan estrechamente con los patrones culturales de los hebreos de la Biblia que se consideraban a sí mismos, de manera consciente, como el Israel moderno y trataron de recapitular en su propia vida gran parte de los valores y prácticas de una antigua forma de vida... A menos que uno esté preparado para asumir a priori que la vida social y las costumbres de los hebreos de la Biblia no eran válidas o que cualquier intento completo de trasladar diferentes valores culturales a la propia vivencia es inherentemente psicopatológico, debería reservarse la opinión sobre José Smith hasta que se considere toda la evidencia" (3).

En consecuencia, para combatir las críticas, los apologistas de la Iglesia adelantaron diversas explicaciones que justificaban el matrimonio plural para miembros SUD y no miembros.

Estas explicaciones no parecen haberse originado con José Smith o estar relacionados directamente a los principios teológicos que enseñó en cuanto al matrimonio plural y eterno.

Este artículo examinará cuatro explicaciones que dieron los defensores del matrimonio plural que ya no se promueven actualmente en el liderazgo de la Iglesia SUD.

Explicación: Las Mujeres Superaban Numéricamente a los Hombres 
   
A veces, los miembros de la Iglesia y otros observadores han asumido que el matrimonio plural fue instigado para permitir que un aparente "exceso" de mujeres se casaran (4). Esta proporción desigual disminuiría de otro modo de manera significativa las posibilidades de que las mujeres se casaran en una sociedad monógama.

En 1881, John C. Kimball, miembro de la Iglesia, declaró que mientras vivía en Nauvoo, recordaba que la poligamia era una respuesta de "sentido común" ante el gran número de mujeres conversas:
"El hecho es que mientras estaba en Nauvoo, nuestros misioneros en el extranjero hallaban conversos mucho más rápido entre las mujeres solteras que entre los hombres. La consecuencia fue que, al llegar a una nueva comunidad donde no había hogar ni protectores que fueran suyos, teníamos que dividirlas entre las diferentes familias. Pronto, descubrimos que esto dio lugar a escándalos y a posibles uniones ilícitas, y como cuestión de decencia y moral tuvimos que prepararnos de alguna manera por medio del cual este exceso de mujeres pudiera tener relaciones normales con las familias donde se les colocaba. Darles en matrimonio a las cabezas de familia con todas las garantías de la religión nos pareció la única forma posible: Y así, utilizando nuestro sentido común, lo tomamos como la voluntad del Señor" (5).
Ninguna evidencia histórica respalda el relato de John Kimball, pero su historia demuestra una de las justificaciones prácticas que se han promovido.

David J. Whittaker observó que Jedediah Grant hizo uso de este razonamiento en 1851 para justificar la poligamia al político Thomas L. Kane, quien defendía la posición de la Iglesia ante los burócratas de Washington: "Grant siguió relatando que había explicado a [Thomas L.] Kane que el matrimonio plural fue necesario porque el número de mujeres sobrepasaba al de los hombres en tres por cada dos, y esta proporción estaba obligando a muchas mujeres a casarse fuera de la Iglesia" (6).

Grant hizo este razonamiento:
"Al propagarse nuestros principios y la congregación de los que los abrazaron, se descubrió después de nueve años que el número acumulado de mujeres era de tres por cada dos hombres, mostrando que un tercio de nuestras mujeres debían permanecer solteras, o casarse fuera de la Iglesia.
"Se pensó que cualquier opción no era política. Se dejó al Profeta José Smith que preguntara al Gran Alouheam [Elohim], quien es y siempre ha sido el que dispuso esta doctrina, concediendo de cuando en cuando dispensaciones especiales según la situación y circunstancia del pueblo a quienes se daban dichos permisos; la dispensación [permiso] dada por el Señor a través del Profeta, para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es limitada y estricta en su naturaleza; semejante a la que se dio a Abraham y a otros en su día, y no tan flexible como la dispensación [que] parece haberse dado en los días de David y Salomón" (7).       
Los que no eran mormones también reflejaron la idea de que la poligamia podría ser necesaria porque había más mujeres que hombres. En 1852, el escritor John W. Gunnison escribió: "Se... mantiene que hay una gran disparidad de números entre ambos géneros, y que la predominancia del sexo femenino es mayor de lo que puede contarse desde la guerra, los peligros del mar y otros riesgos, y por lo tanto, la naturaleza indica la propiedad de la pluralidad, ya que el matrimonio es honorable para todos" (8).

Franklin D. Richard argumentó que fuera de los límites de los Santos de los Últimos Días, las mujeres también superaban en número a los hombres y que la poligamia podía curar el mal de la "soltería en la ancianidad". En el Millennial Star del 17 de febrero de 1855, hizo valer la justificación estadística para el matrimonio plural:
"Las listas del censo revelan un hecho de importancia melancólica, que no ha captado la suficiente atención de nuestros filósofos sociales. Ellos muestran que, en las ciudades más grandes de la Unión, las mujeres superan a los hombres en un diez por ciento; así que, si cada hombre fuera compelido por la ley a tomar para sí a una esposa, ¡un vasto número del bello género aún estaría condenada a la torturante "esperanza aplazada" de la soltería en la ancianidad!...
"Pero, ¡ay de las damas! La [des]igualdad de número no es la única calamidad contra la que tienen que contender. No hay compulsión legal de cada hombre para casarse. En esta república libre, cada hombre puede ejercer un despotismo sultánico sobre sus propios afectos, y en el asunto del matrimonio, consultar solo sus propias inclinaciones... Dejamos a los estadísticos, curiosos en estos temas, detallar los resultados morales y sociales en una condición de superfluidad femenina" (9).
La percepción de que la poligamia fue instituida para igualar el exceso de mujeres para los hombres miembros de la Iglesia ha persistido en el siglo veinte. Como reconoció el investigador Philip R. Kunz: "Un estudio de 421 residentes de la zona rural de Utah indicó que los encuestados creían que un superávit de mujeres era la razón primordial de la práctica mormona de la poliginia" (10).

A pesar de estas observaciones y afirmaciones, una revisión detallada del número de mujeres y hombres en Nauvoo, y más tarde en Utah, muestra que nunca fue una fuerza impulsora primordial en la práctica.

La historiadora Donna Hill escribió con respecto a los censos de género en el oeste: "No es válido el reclamo del número excesivo de mujeres, puesto que los censos de los Estados Unidos de 1850 a 1940 y todos los registros disponibles de la iglesia de Utah muestran que los hombres superaban a las mujeres en la iglesia y en Utah" (11).

John A. Widtsoe, científico y Apóstol de la Iglesia, abordó directamente este punto de vista común pero inexacta: "La más común de estas conjeturas [explicando por qué se practicaba la poligamia en los años 1800] es que la Iglesia, por medio del matrimonio plural, buscó proveer esposas para su gran cantidad de mujeres miembros. La suposición implícita en esta teoría de que haya habido más mujeres que hombres en la Iglesia no es respaldada por evidencia existente. Por el contrario, parece que había más hombres que mujeres en la Iglesia. Por lo general, son familias - padre, madre e hijos - los que se han unido a la Iglesia. Por supuesto, muchas mujeres solteras se han convertido, pero también muchos hombres solteros" (12).

El argumento de que la poligamia fue necesaria debido a que la cantidad de mujeres solteras excedía el número de hombres sin casarse no tiene el respaldo de los estudios de población de la época. Parece que esta explicación ha sido más una idea tardía.

Si bien puede haber dado una justificación lógica, que era cierta en algunas localidades, esto tuvo poco o ningún impacto real en la introducción y la práctica de la poligamia de José Smith.


Explicación: Valor Publicitario

B. H. Roberts, uno de los presidentes de los Setenta de la Iglesia SUD, dio un enigmático punto de vista en 1930:
"Una posible razón que se menciona para justificar la introducción del matrimonio plural en la Nueva Dispensación es su valor publicitario... No veo nada de malo en referirme a ello [la poligamia] como que poseía cierto valor publicitario para toda la obra de Dios... Y sé que no hay ninguna cosa en la Nueva Dispensación que haya hecho tanto para mantener aquella dispensación y su mayor mensaje ante el mundo como este principio mismo del matrimonio plural y su práctica en la iglesia. Ha mantenido su mensaje casi constantemente delante de los hombres; a través de la prensa, diaria, semanal y mensualmente. Se ha convertido en el incentivo para multiplicar los libros sobre el "Mormonismo" ad libitum [a voluntad]. Ha mantenido a la Nueva Dispensación ante las legislaciones del estado y de la casa del congreso y del senado. Delante de los presidentes sucesivos de los Estados Unidos y sus gabinetes. Ante los tribunales estatales y territoriales; y una y otra vez frente a la corte suprema de los Estados Unidos, y a través de esta corte ha atraído la atención de los líderes de pensamiento de todo el mundo". (13)
El élder Roberts refleja un distinto punto de vista, indicando aparentemente que la publicidad negativa es mejor que ninguna. Sin embargo,  no parece probable que haya producido un efecto positivo en el programa misional de la Iglesia.

Explicación: Resolver los Problemas Morales del Mundo 

Desde que Orson Pratt ofreció la primera defensa del matrimonio plural en 1852, una de las razones que se afirmaron para el establecimiento de la poligamia fue ayudar a librar al mundo de los males sociales de la prostitución y el libertinaje. Orson Pratt aseveró que al adoptar el matrimonio plural, "la prostitución, el adulterio y la fornicación" serían "completamente eliminados". (14)

De manera similar, un escritor no identificado en un artículo del Millennial Star de 1853 escribió: "He llegado a la conclusión... de que el sistema de una esposa no solo degenera la familia humana, tanto física como intelectualmente, sino que es incompatible con las nociones filosóficas de la inmortalidad; es un anzuelo para la tentación, y siempre ha probado ser una maldición para la gente". (15)

Al permitir que un hombre tenga más esposas, se teorizaba que las amantes y los burdeles ya no se frecuentarían por hombres inducidos por la libido. Un miembro de la Iglesia escribió en 1854: "En Deseret, no hay libertinos, con sus amantes, ni casas de prostitución, ningún caso de seducción, ni de los que disturban la paz de las familias en los Estados bajo sus leyes. Aquí cada mujer puede tener lo que Dios quería que tuvieraーun esposoーy cada hombre que lo quiere, puede tener una esposa". (16)

Un año después, el polígamo de Nauvoo, Franklin D. Richards expresó de forma dramática la opinión común que sostenían muchos Santos de los Últimos Días de que el matrimonio podía resolver la inmoralidad a gran escala. Empezó explicando en términos generales la corrupción moral que percibió en el mundo que le rodeaba:
"No podemos contemplar sin lástima al hombre, que fue creado a la imagen de Dios, que está a la cabeza de la creación, llegar a ser un ser pobre, decadente y degradado; y a una mujer casta, bella y hermosa siendo engañada, estrujada, cambiada, traicionada, hundida en el crimen, una criatura que vive de la lujiria y para ella; o ver que los poderes que Dios ha dado al hombre para la propagación de su especie se pervierten por el libertinaje y la lascivia, con todo sus efectos repugnantes, mortales, corrompidos y dañinos, sin consideración alguna por la humanidad caída...
"Nadie puede detestar más que nosotros el estado aborrecible, degradante, corrupto y miserable del mundo, en relación a la obscenidad, la lascivia, el adulterio y el libertinaje". (17)
Luego, el élder Richards postuló que la práctica del matrimonio plural podía aliviar estos problemas: "Quisiéramos observar que la filosofía, la moralidad, la ley, y la cristiandad, tal como se enseñan hoy, han fallado notablemente en detener este monstruoso mal social y moral. El estado actual del mundo da prueba de su incompetencia. Creemos que la forma del Señor [la poligamia], practicada por los antiguos hombres de Dios, es decir, la "Restitución", como se reveló posteriormente, lo detendrá de entre nosotros". (18)

Aunque el matrimonio plural hubiera podido ayudar a la moral de los hombres a controlar sus impulsos sexuales al permitirles tener esposas adicionales, es cuestionable saber si habría tenido una influencia significativa sobre hombres que poseían valores éticos más bajos.

La capacidad de la poligamia para refrenar los males de la prostitución y otros abusos sexuales no está comprobada.

Explicación: El Matrimonio Plural es un Beneficio de Salud

Entre 1852 y 1890, se propuso un argumento que afirmaba que la poligamia producía padres y una descendencia más saludables que la monogamia, reclamando que las relaciones sexuales durante el embarazo roban a "la futura madre ese vigor que debería nutrir a su descendencia embriónica, e intensificar los deseos sensuales para esa descendencia". (19)

La poligamia proporciona otras esposas para las relaciones íntimas, ayudando de esta manera al esposo a mantener la abstinencia con sus esposas embarazadas". (20)

El élder de la Iglesia Orson Spencer escribió en un folleto de 1853 que promovía el matrimonio plural: "No se asuste, señor, si le dijera que la monogamia, o el único sistema de esposas que se ha adoptado en todo el mundo cristiano, es uno muy defectuoso. No responde las demandas de la sociedad, y es inferior por completo al sistema Patriarcal de la poligamia, que presentó Dios mismo". (21)

En 1870, Brigham Young alegó de manera similar: "¡Hablen sobre la poligamia! ¡No existe filósofo verdadero sobre la faz de la tierra a menos que admitiera que tal sistema, llevado a cabo según el orden del cielo, es muy superior a la monogamia para criar hijos saludables y robustos! Cualquier persona que posea un conocimiento moderado de fisiología, o que haya prestado atención a su propia naturaleza y la naturaleza del sexo más delicado, puede fácilmente entender esto". (22)

Heber C. Kimball propuso una justificación aún más novedosa: "No tendría temor de prometer a un hombre de sesenta años que podrá renovar su edad, si tomara el consejo del hermano Brigham y de sus hermanos. He notado que un hombre que tiene solo una esposa, y que se inclina a tal doctrina, pronto empieza a marchitarse y a secarse, mientras que un hombre que practica la pluralidad luce fresco, joven y enérgico. ¿Por qué pasa esto? Porque Dios ama a ese hombre, y porque honra Su obra y Su palabra. Puede que algunos de ustedes no lo crea; pero yo no solo lo creo, también lo sé. Es poco que un hombre de Dios se limite a una mujer; pues es todo lo que podemos hacer ahora para sostener las cargas que tenemos que llevar; y no sé qué haríamos si tuviéramos solo una esposa por persona". (23)

Heber Kimball reconoció que los beneficios descritos no fueron un resultado de la poligamia en sí, sino que llegaron por el "amor" y la "honra" que Dios concedía debido a la obediencia. Sin embargo, los polígamos Santos de los Últimos Días afirmaban a veces que tener más esposas hacía a los participantes más jóvenes y más viriles.

Mientras que algunos polígamos de Utah eran motivados a creer en estos beneficios del matrimonio plural, la ciencia aún debe validarlos; pero parece que la ciencia moderna tampoco lo hará.

A pesar de todo, la creencia en la poligamia como la fuente divina de la juventud o que la descendencia monógama fuera de alguna forma físicamente superior a los hijos de los polígamos parece tener poca relación con la teología de José Smith que sostenía el matrimonio plural y tiene poco sentido a la luz de lo que sabemos sobre medicina y psicología en el siglo veintiuno.  

miércoles, 24 de febrero de 2016

Los Primeros Mormones y la Poligamia

Una pregunta común con respecto a los hombres y mujeres que contrajeron matrimonios plurales durante la vida de José Smith es "¿Por qué lo hicieron?". Muchos autores han sugerido que los Santos de los Últimos Días fueron simplemente engañados por un autoproclamado profeta carismático. Podría argumentarse, sin embargo, que esta respuesta sencilla es insuficiente, por no decir que es incorrecta por completo. Describe a los participantes como caricaturas en lugar de personas reales con sentimientos genuinos. Además, no toma en cuenta los registros dejados por los participantes que describen sus experiencias y sus razones para adoptar la práctica. Muchos relataron sus propias manifestaciones divinas, validando en su corazón que la práctica era correcta. Otros compartieron sus convicciones de que José Smith era un verdadero profeta, por lo que sus enseñanzas debían observarse.

En esta página

La Repulsión Fue Casi la Reacción Universal al Matrimonio Plural

La Fe en José Smith como Profeta

Las Esposas Plurales de José Smith Relataron Experiencias Espirituales

Otros Polígamos de Nauvoo Relataron Sus Propias Experiencias Espirituales

Resumen


A pesar de que los autores representan a los mormones como ingenuos (1), la realidad es que la mayoría de ellos se mostraron tan escépticos y perspicaces con respecto a la institución de la práctica de la poligamia como las personas lo harían hoy en día.

El no mormón Bernard DeVoto dijo en 1930: "[José Smith] atrajo en su apoyo no solo a los fanáticos ordinarios que formarban parte y sostenían las cientos de sectas de la iglesia Pestecostal Americana, sino también a hombres superiores y muy importantes como [Sidney] Rigdon, Orson y Parley Pratt, Orson Hyde, W. W. Phelps y Brigham Young" (2).

Wilhelm Wyl, quien tenía pocas cosas buenas para decir sobre José, escribió: "José Smith fue lo suficientemente perspicaz para tener pocos hombres honrados alrededor de él, a quienes colocó en posiciones de responsabilidad, quienes los llenaron con fidelidad y sacrificio propio" (3).

Por consiguiente, parece poco probable asumir que José Smith pudo haberse comportado como el mujeriego o hipócrita que describen numerosos escritores sin desilusionar a seguidores como Heber C. Kimball, Jhon Taylor, Eliza R. Snow, Zina Huntington y muchos otros. Todo apunta a que la mayoría de los seguidores más allegados de José eran demasiado perceptivos para ser engañados y demasiado religiosos para convertirse en cómplices de una mentira deliberada.

Mary Rachel Fielding Smith,
polígama escéptica de Nauvoo

Los relatos siguientes vienen de los polígamos de Nauvoo. Todos son recuerdos posteriores, por lo que sufren las debilidades y los prejuicios típicos de tales narraciones. No obstante, se deja al juicio mismo de los lectores la sinceridad y los motivos de estas personas.

La Repulsión Fue Casi la Reacción Universal al Matrimonio Plural

El historiador de la poligamia Lawrence Foster reconoció que la reacción casi universal a las enseñanzas del matrimonio plural en Nauvoo fue la repulsión: "En casi todos los casos registrados, la presentación inicial de la creencia en el matrimonio plural tanto para hombre como para mujeres produjo la conmoción, el horror, la incredulidad o la confusión emocional en general. Los que terminaron por aceptar el principio casi invariablemente pasaron un periodo de confusión interna que duraba de varios días a varios meses" (4).

Kathryn M. Daynes, historiadora SUD, dijo que "en cada caso registrado, la actitud inicial para ingresar al matrimonio plural fue negativa" (5).

Brigham Young describió sus sentimientos cuando aprendió del matrimonio plural: "Mis hermanos saben cuáles fueron mis sentimientos en la ocasión en que José reveló la doctrina; no tenía la inclinación de evadir ningún deber ni de fallar en lo más mínimo en cuanto a lo que se me mandaba hacer, pero fue la primera vez en mi vida en que deseé la muerte, y tardé mucho tiempo en poder hacerme a la idea. Cuando asistía a un funeral, sentía envidia del cadáver y lamentaba no ser yo quien estuviera en el féretro" (6).

El apóstol John Taylor recordó: "[En] el tiempo en que se mandó a los hombres a tomar más esposas. A veces nos hacía mostrar caras largas a todos. No era tan fácil la tarea como uno podría pensar. Cuando se nos reveló parecía como que sería el fin del mormonismo. Porque el hecho de que un hombre pidiera a otra mujer que se casara con él requería más confianza en uno mismo de lo que teníamos" (7).

En un discurso dado por el décimo aniversario del martirio, él también dijo:
"Recuerdo que estábamos con el Presidente Young y Kimball y creo que con uno o dos otros más, junto con el Hermano José poco después de haber regresado de Inglaterra[.] Él nos habló sobre estos principios y los puso delante de nosotros[.] Eso probó nuestras mentes y sentimientos[.] Vimos que constituía un asunto que iba a pesar sobre nosotros[.] no era tan bueno y placentero como algunas personas pensaban[.] Es algo que asoló nuestros sentimientos[.] [¿]Lo creímos[?] Sí lo hicimos[.] Yo lo hice[.] Todo el resto de los hermanos lo creyó pero aún nos hubiésemos dado por alegres de hacerlo a un lado un poco más de tiempo[.] [Habríamos] sido felices de que no llegase a nuestros días, sino que alguien más se hubiera ocupado de ello en lugar de nosotros" (8).  
 La reacción entre las mujeres SUD al mandamiento fue similar a la de Emma Smith, un gran disgusto, o incluso peor. Bathsheba B. Smith recordó: "Lo analizamos [la poligamia]... es decir, como jovencitas lo hicimos, porque era joven en ese entonces, y hablamos mucho sobre eso, y a algunas de nosotras no nos gustó del todo" (9).

Haciendo memoria de una mayor renuencia, Mary Isabella Hales Horne dijo: "Los hermanos y hermanas se opusieron tanto a la poligamia que apenas podía mencionarse" (10).

Eliza R. Snow recordó que "el tema era muy repugnante para mis sentimientos" (11).

Lucy Walker, una de las esposas plurales de José, relató: "Mi asombro no conocía límites. Este anuncio fue en verdad como un rayo para mí... Cada sentimiento de mi alma se rebeló en contra de ello" (12).

Mercy Rachel Fieding, esposa plural de Hyrum Smith, escribió sus sentimientos diciendo: "Cuando se me comunicó el tema por primera vez, la idea me puso a prueba hasta el mismo centro en todas mis tradiciones y cada sentimiento natural de mi corazón se alzó en oposición a este principio" (13).

Jane Snyder Richards, quien se había casado con el Apóstol Franklin D. Richards, recordó su respuesta más moderada. Ella pensó que era "algo extraño y... tenía dudas en cuanto al resultado, pero [quedó] satisfecha al saber que era una revelación sagrada y que [su] religión requería su aceptación" (14).

La Fe en José Smith como Profeta

Todos los polígamos de Nauvoo tenían la fe de que José Smith era profeta de Dios. Esta sola convicción fue suficiente para que muchos adoptaran el matrimonio plural cuando él les enseñó el principio.
Benjamin F. Johnson escribió que el Profeta le introdujo al matrimonio plural en la primavera de 1843:
"El presidente Smith me llevó del brazo para dar un paseo, y me condujo a un lugar apartado en una arboleda contigua, en donde para mi sorpresa, comenzó a revelar ante mí el principio del matrimonio plural o celestial... Creí sinceramente al profeta de Dios, y lo amé como tal" (15).
En otra ocasión contó:
"Él [José Smith] se abrió paso a un lugar fuera del camino en el límite de un bosque rodeado de maleza de gran altura y árboles. Aquí, al sentarnos sobre un tronco empezó a decirme que el Señor le había revelado que el matrimonio plural o patriarcal estaba de acuerdo a Su ley; y que el Señor no solamente se lo había revelado sino que le había mandado obedecerlo; que se le requería tomar otras esposas... Si un rayo hubiera caído en mis pies difícilmente me habría causado más asombro y estupefacción. Él vio el conflicto en mi mente y siguió explicando. Pero la conmoción era demasiado grande para que comprendiera algo, y casi en la agonía de sentimiento lo miré fijamente a los ojos, y dije, mientras mi corazón se derramaba ante él: 'Hermano José, todo esto es nuevo para mí; puede que todo sea verdad. Usted lo sabe, pero yo no. Para mi educación esto es incorrecto, pero con la ayuda del Señor voy a hacer así como usted diga" (16).
Warren Foote relató la lucha de George A. Smith para aceptar la revelación: "[George A. Smith] nos contó que fue una dura prueba para él recibir la revelación sobre el matrimonio plural. El Profeta José se lo dio a conocer por primera vez. Al inicio, no sintió que lo hubiera recibido del Señor. Pero nuevamente supo que José era un profeta de Dios, y no se atrevió a rechazarlo. Así razonó consigo mismo, hasta que obtuvo un testimonio del Señor para sí" (17).

José Smith explicó con cautela las enseñanzas del matrimonio plural a los oyentes que creían que era el Profeta, y a quienes él creía que aceptarían la práctica.

Las Esposas Plurales de José Smith Relataron Experiencias Espirituales

Varias esposas plurales del Profeta dejaron relatos de sus experiencias. Joseph B. Noble dijo con respecto a Louisa Beaman, la primera esposa plural de José Smith en Nauvoo: "[Ella] era una mujer de irreprochable moralidad, quien contrajo una relación de matrimonio plural apoyada en una convicción profunda de que la doctrina era de Dios" (18).

Zina Huntington contó: "Cuando oí que Dios había revelado la ley del matrimonio celestial que tendríamos el privilegio de asociarnos en una relación familiar en los/ mundos venideros busqué en las escrituras y [con] humilde oración a mi Padre Celestial obtuve un testimonio para él mismo [sic.] que Dios había requerido que ese orden se estableciera en su iglesia" (19).

También recordó: "[El matrimonio plural] era algo demasiado sagrado para hablar de él; era más para mí que la vida o la muerte. Nunca aspiré a eso por años. Te contaré los hechos. Tuve sueños. No soy una soñadora, pero tenía sueños que no podía explicar. Sé que esta es la obra del Señor; se me reveló, aun cuando era joven. Se presentaron a mi mente cosas que no podía explicar. Cuando José Smith reveló este orden, supe lo que significaba; el Señor estaba preparando mi mente para recibirlo" (20).

En otra reminiscencia, declaró: "Recibí para mí misma un testimonio de esta obra por parte del Señor, y que José Smith era un Profeta de Dios antes que le viera como respuesta a una oración, mientras yo residía en el estado de Nueva York. Le conocí en su vida, y sé que ha sido un gran hombre fiel y un siervo de Dios" (21).

Emmeline Wells, biógrafa de Presendia, escribió en el Woman's Exponent: "La hermana Presendia se asoció más familiarmente con el Profeta y sus enseñanzas... José mismo enseñó el principio del matrimonio plural a la hermana Presendia, y su corazón fue humilde, y su mente se abrió para recibir las revelaciones del cielo. Ella sabía que era un hombre de Dios, y había recibido muchas revelaciones en prueba de esto. En consecuencia, cuando le explicó claramente el conocimiento que había obtenido del Señor, aceptó las ordenanzas selladoras con José como una confirmación sagrada y santa" (22).

Emily Partridge relató:
"Había pensado mucho sobre eso [el matrimonio plural] en aquella época [1842-1843], y había orado para saber qué era, y si era mi deber. Pensé que debí haber escuchado el asunto... porque estaba grandemente perturbada en cuanto a ello, ya que temía que hubiera cometido un error al no escuchar, así que oré para ser iluminada con respecto a lo que debí haber hecho. Bien, al pasar el tiempo llegué a convencerme de que no había en él nada de malo" (23).
Eliza Partridge escribió: "Él [José Smith] nos enseñó [a Eliza y a su hermana Emily] el plan del matrimonio Celestial y nos pidió que entrásemos en ese orden con él. Esta fue una gran prueba para mí, pero tenía la confianza más implícita en él como Profeta del Señor" (24).

Eliza R. Snow dejó este relato:
"En Nauvoo entendí por primera vez que la práctica de la pluralidad de esposas iba a introducirse en la Iglesia. El tema era muy repugnante para mis sentimientos. Estaba tan directamente en oposición a mis creencias educadas, que parecía como si todos los prejuicios de mis ancestros de generaciones pasadas se congregaran a mi alrededor. Pero cuando pensé profundamente en que estaba viviendo en la Dispensación del cumplimiento de los tiempos, que abarcaba todas las demás Dispensaciones, ciertamente el Matrimonio Plural debía incluirse por necesidad, y me consolé con la idea de que estaba fuera de mi alcance a la distancia, y más allá de mi existencia mortal. En cambio, no pasó mucho tiempo después de que recibiera la primera invitación, antes que me alcanzara el anuncio de que mi "hora señalada [para partir]" había llegadoーque Dios había mandado a sus siervos a establecer el orden, al tomar esposas adicionalesーque supe que Dios... estaba hablando... Al aumentar mi conocimiento concerniente al principio y al designio del Matrimonio Plural, creció mi amor por él...
"Fui sellada al Profeta, José Smith, por el tiempo y la eternidad, de acuerdo con la Ley Celestial del Matrimonio que Dios ha revelado, siendo efectuada la ceremonia por un siervo del Altísimo, autorizado para oficiar en ordenanzas sagradas. Por esto, una de las circunstancias más importantes de mi vida, nunca he tenido motivos para lamentarme". (Eliza R. Snow, "Sketch of My Life", en la colección "Utah and Mormons", Bancroft Library, UC Berkeley, copia de microfilm en CHL, bajo el número MS 8305, Rollo 1, Item 11, página 13. Véase también Maureen Ursenbach Beecher, ed., The Personal Writings of Eliza Roxcy Snow [Logan: Utah State University Press, 2000], 16-17).
 La experiencia de Almera Johnson fue única en varias formas: "También viví una parte del tiempo con el Hermano José Smith en Nauvoo, cuando conversábamos él y yo sobre el tema [el matrimonio plural]. En cierta ocasión en la primavera del año 1843, la fecha exacta de/ la cual no recuerdo ahora, fui de Macedonia a Nauvoo para visitar a otra de mis hermanas, la que era viuda del fallecido Lyman R. Sherman, en cuyo tiempo fui sellada al Profeta José Smith. Al tiempo en que esto ocurría Hyrum Smith, el hermano de José, se acercó y me dijo que no debía temer. Yo había tenido miedo y había dudado del principio así como él, pero que ahora él sabía que era verdad. Después de este tiempo viví con el Profeta José Smith como su esposa, y él me visitaba en el hogar de mi hermano Benjamin F. en Macedonia" (25).

Helen Mar Kimball dejó estas memorias:
"Al día siguiente el Profeta llamó a la puerta de nuestra casa, y me senté con mi padre y mi madre y le oí enseñar el principio y explicarlo más plenamente, y creí en ello, pero no tenía pruebas, solamente la suya y el testimonio de mi padre. Pensé en eso lo suficiente, y no consideré necesario buscar algo más, pero si hubiera estado en una situación diferente, como muchos que estaban sin un padre y una madre que me amaran y me aconsejaran, probablemente mi dependencia, como la de ellos, habría estado en el Señor, pero no me apoyé en Su brazo. Mi padre fue mi maestro y mi revelador, y no veía la necesidad en ese entonces de un testimonio adicional; pero en los años siguientes, el Señor, con su clarividencia e infinita misericordia, me permitió pasar a través de fuertes olas de experiencia, y en el dolor y la aflicción aprendí la lección más importante, que solo en Él debo confiar y no en el hombre débil y pecador; y que era absolutamente necesario para cada persona obtener una evidencia y testimonio viviente para él o ella misma, y no para otro, de la verdad de esta obra de los últimos días" (26). 
"Mi padre me lo enseñó, la primera vez que oí de esto, como un principio puro, salvador y santo. Más tarde en la casa de mi padre, con él y mi madre, escuché al Profeta enseñarlo. Creí que estaba bien pero no lo supe sino hasta unos pocos años después que atravesé el más intenso sufrimiento. Es verdad que mi cuerpo estuvo postrado por enfermedad, pero mi espíritu y mi entendimiento fueron vivificados y se me mostraron las obras del Diablo y sus Agentes o sus [Ángeles]... el principio del matrimonio Celestial. Supe que era de Dios... La visión de mi mente se abrió para ver y entender la voluntad y el designio del Todopoderoso. Tuve una visión del orden del matrimonio plural. La belleza y la gloria que vi en ella fue suficiente para compensar las dificultades de esta vida" (27).
Algunas de estas historias contienen visitas angelicales. Por ejemplo, Desdemona Fullmer relató una visión por la noche en la que un ángel le dijo que la doctrina de la poligamia era verdadera (28).

Además, en una declaración jurada en 1902, Mary Elizabeth Rollins informó:
"En 1834, se le mandó [a José] que me tomara por esposa. Me encontraba a mil millas lejos de él. Él tuvo temor. El ángel le visitó tres veces, la última con una espada desenvainada y amenazó con quitarle la vida. No lo creía. Si Dios se lo dijo, ¿porqué no venía y me lo decía? El ángel le dijo que yo obtendría un testimonio. Un ángel se me aparecióーesto me atravesó como un relámpagoーtuve miedo. José Dijo que vino con más revelación y conocimiento que José alguna vez pudiera revelar. (Brigham Young me selló a él, por tiempo y toda la eternidad—Feb. 1842). José dijo que le pertenecía antes que viniera aquí y dijo que ni todos los Demonios en el Infierno podrían jamás alejarme de él" (29).
En otra narración dio detalles adicionales:
"Lo convertí en un tema de oración y me preocupé por eso, porque no me atrevía a hablar de ello con ningún ser viviente salvo que fuera Brigham Young. Salí y me puse entre tres pilas de heno donde nadie podía verme. Estando de rodillas pensé, ¿por qué no orar como Moisés lo hizo? Él oró con sus manos levantadas. Cuando sus manos estaban en alto, Israel salía victorioso, pero cuando las bajaba, los filisteos salían victoriosos. Alcé mis manos y he oído decir a José que los ángeles cubrieron sus rostros. Me arrodillé y si algún pobre mortal pudo orar alguna vez, yo en verdad lo hice. Pocas noches después de eso un ángel del Señor me visitó y si algún mortal sintió estremecimiento alguna vez, yo en verdad lo sentí. Contemplé las vestiduras y la forma de una persona pero sus ojos eran como relámpagos. Me atravesaron desde la coronilla de mi cabeza hasta las plantas de mis pies. Traté de despertar a mi tía, pero no pude. El ángel se inclinó sobre mí y la luz era muy grande, aunque era de noche. Cuando mi tía se despertó dijo que había visto una figura en ropas blancas que pasaba de nuestra cama hasta la cama de mi madre y salió por la ventana.
"José vino al siguiente Día de Reposo. Él dijo: "¿Ya has recibido un testimonio?" [Le dije:] "No". "Bien", me dijo, "el ángel me ha dicho expresamente que lo debes tener". Le dije: "No he tenido un testimonio, pero he visto algo que nunca vi antes. Presencié un ángel y casi morí de miedo. No hablé". Lo analizó por un momento y puso los codos sobre sus rodillas y las manos en el rostro. Alzó la vista y dijo: "¿Cómo pudiste ser tan cobarde?" Yo dije: "Fui débil". "¿Pensaste en decir, 'Padre, ayúdame'?" [Le dije:] "No". "Bien, si solo hubieras dicho eso tu boca se habría abierto porque ese era un ángel del Dios viviente. Él vino a ti con más conocimiento, inteligencia y luz que yo alguna vez me hubiera atrevido a revelar". Le dije: "Si era un ángel de luz, ¿por qué no me habló?" "Te cubriste el rostro y por esta razón el ángel fue ofendido". Le dije: "¿Volverá alguna vez?" Pensó por un momento y luego dijo: "No, no el mismo, pero si eres fiel verás cosas más grandes que esa" (30).
Lucy Walker compartió su historia varias veces:
"En el año de 1842, el Presidente José Smith buscó entrevistarse conmigo, y dijo: 'Tengo un mensaje para ti. Dios me ha mandado que tome otra esposa, y tú eres la indicada". Mi asombro no conocía límites. Este anuncio fue en realidad como un rayo para mí. Me preguntó si creía que él era un profeta de Dios. "Con toda seguridad", contesté. Me explicó plenamente el principio del matrimonio plural. Dijo que este principio se restauraba otra vez en la tierra para el beneficio de la familia humana, que probaría ser una bendición sempiterna para la casa de mi padre, y formaría una cadena que nunca se rompería, mundos sin fin. "¿Qué puedes decir al respecto?", preguntó. "Nada" [respondí]. ¿Cómo podía hablar, o qué podía decir? Él dijo: "Si oras con sinceridad para obtener luz y conocimiento en relación con esto, recibirás un testimonio de la veracidad del principio. Creí que oraba sinceramente, pero estaba tan reacia a considerar el asunto de manera favorable que temo que no pedí luz con fe. En lugar de luz, una densa oscuridad tomó posesión de mi mente. Fui tentada y torturada más allá de la resistencia hasta que no deseaba vivir. Oh, si la tumba me recibiera con bondad, para que pudiese hallar descanso en el seno de mi querida madre. Por qué debía ser yo la elegida entre tus hijas, Padre, solo soy una niña en años y experiencia, sin una madre que me consolase [ella murió en enero de 1842]; sin un padre cerca para decirme qué hacer en esta hora de prueba [estaba en una misión con un clima más cálido por su salud]. Oh, que pasara esta amarga copa. Y así oraba en la agonía de mi alma.
"El Profeta percibió mi angustia. Vio cuán infeliz me encontraba, y buscó una oportunidad para hablar conmigo otra vez sobre el tema, y dijo: 'Aunque no puedo reconocerte como mi esposa, por las circunstancias existentes, el tiempo está cerca en que iremos más allá de las Montañas Rocosas y entonces serás reconocida y honrada como mi esposa" (31). También dijo: "Con todo, los justos creerán y practicarán este principio. No tengo palabras halagadoras que ofrecer. Es un mandamiento de Dios para ti. Te daré hasta mañana para decidir este asunto. Si rechazas este mensaje la puerta se cerrará para siempre contra ti".
"Esto despertó cada gota de sangre escocesa en mis venas. Por unos momentos permanecí sin miedo ante él, y le miré a los ojos. Sentí en ese momento que era llamada a ponerme a mí misma sobre el altar de un sacrificio viviente—tal vez para soportar al mundo en vergüenza e incurrir en el desagrado y desprecio de mis jóvenes compañeros; todos mis sueños de felicidad volaron a los cuatro vientos. Esto era demasiado, porque hasta ahora ninguna sombra se había cruzado en mi camino, aparte de la muerte de mi querida madre. Para mí el futuro hubiera sido un día brillante y despejado. Me había quedado sin palabras, pero al final pude hablar y dije: 'Aunque seas un profeta de Dios no podrás inducirme a tomar un paso de tan gran importancia, a menos que supiera que Dios aprobó mi camino. Preferiría morir. Intenté orar pero no recibí consuelo, ninguna luz', y le prohibí enfáticamente que me hablara otra vez sobre el tema. Cada sentimiento de mi alma se rebeló contra esto. Yo dije: 'El mismo Dios que ha enviado este mensaje es el Ser que he adorado desde mi infancia y Él debe manifestarme Su voluntad". Él caminó de un lado a otro en la habitación, regresó y se puso de pie frente a mí con la más bella expresión en su rostro, y dijo: 'Que el Dios Todopoderoso te bendiga. Tendrás la manifestación de la voluntad de Dios con respecto a ti; un testimonio que nunca podrás negar. Te diré lo que será. Será un gozo y una paz tal que nunca has conocido'.
"Oh, cuán fervientemente oré para que estas palabras se cumplieran. Era cerca del amanecer después de otra noche sin dormir cuando mi cuarto se iluminó con una influencia celestial. Para mí fue, en comparación, como el sol brillante abriéndose paso a través de la oscura nube. Las palabras del Profeta en verdad se cumplieron. Mi alma se llenó de una calma y dulce paz que "nunca conocí". La suprema felicidad tomó posesión de mí, y recibí un testimonio poderoso e irresistible de la veracidad del matrimonio plural, la cual ha sido como un ancla para mi alma a través de todas las dificultades de la vida. Sentí que debía salir al aire de la mañana y cantar a los cuatro vientos el gozo y la gratitud que llenó mi alma. Al bajar las escaleras, el Presidente Smith abrió la puerta abajo, me tomó de la mano y dijo: 'Gracias a Dios, tienes un testimonio. Yo oré también'. Me condujo a una silla, puso sus manos sobre mi cabeza, y me bendijo con toda bendición que mi corazón probablemente pudo desear.
"El primer día de mayo de 1843, consentí en convertirme en la esposa del Profeta, y fui sellada a él por tiempo y por toda la eternidad, en su propia casa por el Élder William Clayton" (32).
Un relato de segunda mano incluye una visita angélica: "Me fui a vivir con la familia de José Smith como criada y después de haber crecido, José me preguntó si podía casarme con él. Me sentí sumamente insultada y dijo que si quería saber si el principio era verdadero, podía acudir a Dios y averiguarlo. Una noche después de cenar, salí al huerto y me arrodillé y oré a Dios pidiendo información. Después de orar me levanté y caminé por el huerto y otra vez me arrodillé y repetí esto durante la noche. Al final, cuando estaba orando por última vez, se me apareció un ángel del Señor y me dijo que el principio era de Dios y que lo aceptara" (33).

Otros Polígamos de Nauvoo Relataron Sus Propias Experiencias Espirituales

A continuación se presentan relatos adicionales de polígamos de Nauvoo en cuanto a su conversión de la veracidad del principio. Lorenzo Snow recordó:
"Hay una característica singular con relación al matrimonio plural. Respecto a la doctrina, permítanme primero decir que tengo un conocimiento de esto como un principio revelado por Dios, que pertenece a la religión que hemos abrazado. Conocí a José Smith, el Profeta, durante doce o catorce años, quien me enseñó por primera vez esta doctrina, y supe que él era un hombre de verdad y honor. Pero después, ya no he dependido de su palabra para tener conocimiento del matrimonio plural; el Señor me dio un testimonio divino confirmando Sus enseñanzas, el cual ningún hombre puede dar ni quitar" (34).

Helen, la hija de Vilate Kimball describió la conversión de sus padres:

"El corazón de mi padre se elevó al mismo tiempo en súplica, y mientras ella rogaba como lo haría alguien por su vida, la visión de su mente se abrió, y tal como la oscuridad huye del sol de la mañana, también lo hizo su dolor y las cosas viles de la tierra se desvanecieron, y se ilustró ante ella el orden del matrimonio celestial, en toda su belleza y gloria, junto con la gran exaltación y honra que se le conferiría en esa esfera inmortal y celestial, si ella lo aceptaba y permanecía en su lugar, junto a su esposo. También vio a la mujer que él había tomado por esposa y contempló con gozo el vasto e ilimitado amor y unión que ese orden llevaría a efecto, así como la progenie de los reinos de su esposo, y el poder y la gloria que se extendían a lo largo de las eternidades y mundos sin fin.

"Con el semblante resplandeciente de dicha, puesto que su alma quedó satisfecha y estaba llena del Espíritu de Dios, regresó donde mi padre y le dijo: 'Heber, el Señor me ha mostrado lo que me has ocultado'.

"Ella me relató la escena así como a muchos otros, y me dijo que jamás vio a un hombre tan feliz como a mi padre mientras le describía la visión y le decía que estaba satisfecha y que sabía que era de Dios" (35).
Elizabeth Whitney recordó su experiencia con su esposo, el Obispo Newell K. Whitney:

"José tenía la confianza más implícita en la nobleza y la integridad de carácter de mi esposo, y así le confió los principios que se exponían en aquella revelación, y también le dio el privilegio de leerlo y hacer una copia, creyendo que estaría perfectamente a salvo con él... Mi esposo me reveló estas cosas. Siempre habíamos sido unidos, y teníamos la más absoluta fe y confianza el uno al otro. Meditamos el asunto continuamente, y oramos incesantemente para que el Señor nos concediera una manifestación especial concerniente a esta doctrina nueva y extraña. El Señor fue muy misericordioso con nosotros; nos reveló Su poder y gloria. Al parecer, fuimos envueltos en una visión celestial, un halo de luz nos rodeó, y nuestro mismo pecho se convenció de que Dios había oído y aprobado nuestras oraciones y peticiones ante él. Nuestro corazón se consoló y nuestra fe se hizo tan perfecta que estuvimos dispuestos a dar a nuestra hija mayor, entonces de diecisiete años, a José en el orden del matrimonio plural. Poniendo a un lado nuestras tradiciones y antiguos conceptos acerca del matrimonio, se la dimos por consentimiento mutuo (36).

Algunos líderes relataron premoniciones de la revelación del matrimonio plural. Brigham Young recibió especiales "reflexiones que estuvieron en mi mente mientras estaba en Inglaterra. Pero no las entendí hasta después que se lo dije [a José Smith]" (37).



Lorenzo Snow recordó: "Se me reveló antes que el Profeta José Smith me lo explicara. Había estado en una misión en Inglaterra entre dos a tres años, y antes de partir quedé satisfecho perfectamente con algo que se conectaba con el matrimonio plural" (38).


El miembro del Consejo de Nauvoo, James Allred, tuvo presente que "no creyó al principio, estaba muy en contra de sus sentimientos, pero dijo que sabía que José era un profeta de Dios así que hizo un convenio de no comer, beber o dormir hasta que supiera por sí mismo que había obtenido un testimonio de que era verdad, que inclusive había escuchado la voz de Dios al respecto" (39).

Otro miembro del consejo, Thomas Grover, se acordó de una visión sobre una futura esposa plural: "Repentinamente apareció delante de mí la esposa de mayor edad que tengo ahora y la voz del Señor dijo: 'Esta es tu compañera por el tiempo y por toda la Eternidad'" (40).

Martha Jane Knowlton Coray tuvo un sueño peculiar que la convenció de que el matrimonio plural era conveniente (41).

Samuel Amos Woolley, otro Santo de los Últimos Días, narró su propio sueño o visión que verificaba la validez del matrimonio plural" (42).

Phebe W. Woodruff, la primera esposa de Wilford Woodruff, escribió este relato:
"Cuando se enseñaron por primera vez los principios de la poligamia, creí que era lo más perverso que había oído; en consecuencia, lo atribuí a lo mejor de mi capacidad, hasta que enfermé y llegué a ser desdichada. Sin embargo, tan pronto como me convencí que se originó como revelación de Dios por medio de José Smith, y sabiendo que era profeta, luché con mi Padre Celestial orando fervientemente—, para que me guíe correctamente en todo momento importante de mi vida. La respuesta llegó. Mi mente fue llena de paz. Supe que era la voluntad de Dios; y desde ese tiempo hasta el presente he procurado honrar fielmente la ley patriarcal. De José, mi testimonio es que era uno de los más grandes profetas que el Señor haya llamado; que vivió para la redención de la humanidad, y murió como mártir por la verdad" (43).
Otra narración de una pareja sin nombre en Nauvoo declara: "Noche tras noche, cada uno de nosotros empezó a tener revelaciones del Cielo, diciendo que debíamos volver a la costumbre de los patriarcas en cuanto al matrimonio. Todo era tan repugnante que a veces no podíamos aceptarlo. En cambio, las revelaciones se hicieron más claras y más insistentes, y al final mi esposa se atrevió a comunicarme lo que el Señor le había declarado. Esto dio lugar a compartir por todas partes las experiencias, y descubrimos que muchos habían tenido la misma revelación; y de allí en adelante se aceptó y se puso en práctica como la inequívoca voluntad del Cielo" (44).

Un registro adicional incluye a una mujer llamada Sarah Studevant Leavitt: "Mi mente fue llevada de la tierra y tuve una visión del orden del reino celestial. Vi que ese [el matrimonio plural] era el orden allá y oh, qué hermoso. Me llené de un amor y un gozo inefable. Desperté a mi esposo y le conté las visiones que había tenido y que la ordenanza era del Señor, pero que condenaría a miles. Era demasiado sagrado para lidiar con los necios, porque lo utilizarían para satisfacer sus deseos lujuriosos" (45).

Howard Coray relató que "su mujer tuvo un sueño, en la que el Hermano Thompson la sellaba... [y] le contó a Hyrum Smith parte de su sueño, pero consideró que no debía decir todo; y que Hyrum Smith explicó luego a Coray y a su esposa la revelación completa que autorizaba la poligamia, que se había recibido apenas unos días antes" (46).

Él describió la experiencia: "[Martha Jane Knowlton Coray] tuvo un sueño peculiar... Deseaba que le acompañara a ver al hermano Hyrum Smith con el fin de conseguir que lo interpretara. Fuimos a verle el domingo siguiente, pero como tenía compañía, no tuvo la libertad de decir mucho... Fuimos al siguiente domingo, pero encontramos a tantos en su casa como la vez anterior que nos dijo: vengan de nuevo al siguiente domingo... Pero más o menos un día después llamó a la puerta de nuestra casa, y nos invitó a dar un paseo en su carruaje... Empezó a repasar la revelación sobre el matrimonio [eterno]... Esto ocurrió el 22 de julio de 1843. El sueño estaba en armonía con la revelación... Mientras estábamos en la calesa, el hermano Hyrum preguntó a mi esposa si estaba dispuesta a ser sellada a mí; después de pensarlo un momento, respondió, sí. Entonces me preguntó si deseaba ser sellado. Respondí afirmativamente... Él realizó la ceremonia, allí y entonces" (47).

Resumen

Esta reseña de relatos de los que practicaron la poligamia en Nauvoo indica que parecían personas sinceras y probablemente no habrían sido engañados fácilmente.

La repulsión fue su reacción casi universal a la poligamia.

Algunos aceptaron el principio basados solo en la fe de que José Smith era un verdadero profeta de Dios. Sin embargo, la mayoría, relató que rogaron directamente al cielo para recibir la seguridad de que la participación estaba de acuerdo con Su divina voluntad.

Parece que sin esta contribución ajena a este mundo, la mayoría de los polígamos de Nauvoo no se habría conformado con el mandamiento de practicarla.

Para aprender más sobre estos polígamos de Nauvoo, consulta Joseph Smith´s Polygamy: Toward a Better Undestanding.

lunes, 22 de febrero de 2016

Razones de José Smith para Practicar la Poligamia

José Smith identificó cuatro razones para la restauración del matrimonio plural, siendo el cuarto mucho más importante que los otros.


En esta página
Proveer una Prueba Propia para los Santos de aquel Tiempo y Lugar

"Multiplicarse y Henchir la Tierra"

Permitir que Todas la Mujeres Dignas sean Selladas a un Esposo Eterno "para Su Exaltación en los Mundos Eternos"

La Bendición del Matrimonio Eterno


La justificación más temprana mencionada por el Profeta sobre el restablecimiento de la poligamia del Antiguo Testamento fue que era parte de la "restauración de todas las cosas" profetizado en Hechos 3:19-21: "Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es menester que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempos antiguos" (cursiva agregada).

Esta necesidad de restauración se menciona en la sección 132: "Yo soy el Señor tu Dios... te he conferido las llaves y el poder del sacerdocio, por medio de lo cual restauro todas las cosas" (vers. 40; véase también el 45). José se vio a sí mismo como un restaurador, y el Señor lo declaró así en lo que respecta a la autoridad del sacerdocio y las ordenanzas salvadoras. Aparentemente, José también llegó a la conclusión de que la poligamia era algo que podía restaurarse.

Abraham Sarah Hagar
Sara entrega a Agar como esposa plural de Abraham
Al parecer, la única explicación que se dio en Kirtland, Ohio, a mitad de la década de 1830, era la necesidad de restaurar este orden de matrimonio antiguo porque era practicado por algunos profetas de Dios en el pasado. Benjamin F. Johnson recordó en 1903: "En 1835 en Kirtland, aprendí del esposo de mis hermanas, Lyman R. Shirman (1), que era cercano al Profeta, y lo recibió de él: que el antiguo orden del matrimonio plural iba a practicarse otra vez en la Iglesia" (2).


Pocos años después, en 1841, José Smith trató de dar a conocer el tema públicamente. Helen Mar Kimball recordó: "Él [José] asombró a los que le oían al predicar sobre la restauración de todas las cosas, y dijo que lo que existía en la antigüedad con Abraham, Isaac y Jacob, existiría otra vez, etc." (3)

De manera similar, José A. Kelting recordó una conversación personal con José Smith:
"Llamando a la puerta del profeta un día, a principios de la primavera de 1844, sobre un asunto y otro que no recuerdo ahora, el profeta me invitó a una habitación subiendo las escaleras de su casa, llamada la Mansión. Después de/ entrar a la habitación él la cerró la puerta,/ y me preguntó si yo había oído los rumores que le conectaban con la poligamia. Le dije que sí. Entonces empezó a defender la doctrina haciendo referencia al Antiguo Testamento. Le dije que no quería oír más hasta que pudiera leerlo por mí mismo. Él afirmaba ser profetaーyo creía que era un profetaーy quería saber lo que él tenía que decir al respecto. Expresó tener algunas dudas en cuanto a la forma en que podría recibirlo, y quiso saber qué posición tomaría si no creía lo que él tenía que decir sobre esto. Entonces le di mi palabra de que aunque creyera o no su revelación no le decepcionaría.
Entonces me informó que había recibido una revelación una revelación de Dios la cual le enseñó la exactitud de la doctrina de la pluralidad de esposas, y le mandó obedecerla. Él entonces reconoció haberse casado con varias esposas. Le dije que todo estaba bien. Luego me dijo que le gustaría que me comprometiera de nuevo a que no le decepcionaría. Le pregunté si quería que as aceptara el principio de casarme con una esposa plural. Él respondió que sí. Poco tiempo después de esto me casé con dos esposas dentro de aquel orden de matrimonio" (4).
 No fue sino hasta después de ocho años desde la muerte de José Smith que se dieron discursos formales del matrimonio plural terrenal como un elemento necesario en la Restauración.

Orson Pratt explicó algunos de los argumentos detrás de la restauración del matrimonio plural cuando presentó el concepto en 1852 a los miembros de la Iglesia en general.

Al explicar la doctrina a la congregación, empezó por relatar el primer matrimonio eterno, el de Adán y Eva en el Jardín de Edén. Ellos eran seres inmortales; por lo tanto, su matrimonio fue eterno. En la dispensación final de los tiempos, todas las cosas necesitaban restaurarse (5). De esta manera, el matrimonio eterno necesitaba restaurarse porque aquella ordenanza se había perdido.

Así se ofreció una aclaración muy necesaria sobre lo que debía restaurarse en esta ordenanza esencial como parte de la restauración de todas las cosas. Existía un matrimonio eterno del cual el matrimonio plural era solo un tipo, siendo a veces aprobado divinamente (6).

Proveer una Prueba Propia para los Santos de aquel Tiempo y Lugar

Otra razón del establecimiento del matrimonio plural es que se llevaron a la práctica pruebas para los santos que proporcionaron oportunidades para un crecimiento espiritual. En una revelación de 1831, José Smith enseñó el valor de las tribulaciones: "Por lo pronto no podéis ver con vuestros ojos naturales el designio de vuestro Dios concerniente a las cosas que vendrán más adelante, ni la gloria que seguirá después de mucha tribulación. Porque tras mucha tribulación vienen las bendiciones. Por tanto, viene el día en que seréis coronados con mucha gloria; la hora no es aún, mas está cerca" (DyC 58:3-4).

La creencia de que Dios desafía a sus seguidores aquí en la tierra con el fin de hacerlos más dignos de las bendiciones por su obediencia es un modelo que se sigue en las Escrituras. A algunos discípulos se les requiere migrar a nuevas tierras para defenderse contra sus enemigos poderosos. La obra misional ha sido el mandamiento universal del pueblo de Dios en cada año, trayendo bendiciones a aquellos que "abran sus bocas" (DyC 33:8-10; compárese con 60:2). Las revelaciones de José Smith prometían a los primeros santos que serían "investidos con poder de lo alto" si edificaban un templo (DyC 38:32, 38; véase también 43:16, 95:8, 105:11-12; 110:9) y su obediencia fue grandemente recompensada.

El mandamiento de practicar el matrimonio plural fue un desafío similar. Una de las esposas plurales de José, Helen Mar Kimball, recordó: "El Profeta dijo que la práctica de este principio sería la prueba más difícil que los santos tendrían para probar su fe (7). También dijo:
"No traté de ocultar el hecho de haber constituido una prueba, pero confesé que había sido una de las más arduas de mi vida; sin embargo había probado ser también una de las más grandes bendiciones. Podía decir con sinceridad que había hecho todo lo posible por convertirme en una mujer libre y santa, en todo el sentido de la palabra; y conocía a muchas otras que podían decir lo mismo, para quienes había probado ser uno de los más grandes dones, una 'bendición disfrazada'" (8).
El apóstol John Taylor resumió: "¿De dónde vino este mandamiento en relación con la poligamia?", y luego respondió, "También vino de Dios. Fue una revelación que Dios dio a José Smith, y se requirió que Sus siervos lo cumplieran. Cuando tal sistema se introdujo entre este pueblo por primera vez, fue una de las más grandes cruces que alguna vez haya llevado un grupo de hombres desde que el mundo existió" (9).

Brigham Young rememoró en 1855: "Cuando José dio a conocer esta doctrina por primera vez, yo preví que sería una prueba y una fuente de gran preocupación y ansiedad para los hermanos, ¿y eso qué? Debemos ceñir nuestros lomos y cumplir esto, así como lo haríamos con cualquier otro deber" (10).

Para la esposa plural Martha Cragun Cox (1852-1932), el matrimonio plural le llevó a hacer intensas oraciones que le trajeron inspiración: "Supe que el principio del matrimonio eterno era correcto, que era el más alto y santo orden del matrimonio. Supe también que podía fracasar en vivir la vida santa que se requería y perder las bendiciones que se ofrecían. Si no hubiera aprendido anteriormente a acudir al Señor con mi carga, ciertamente hubiera aprendido a hacerlo ahora... Hallé alivio solamente en la oración cuando el Santo Espíritu me dio inspiración" (11).

En varios versículos de la sección 132 de Doctrina y Convenios se infiere que la práctica del matrimonio plural sería una prueba que traería bendiciones. En tres lugares se hace referencia a la obediencia de Abraham y las bendiciones que recibió (vers. 36, 50-51). Con respecto a José Smith, quien contrajo su primera unión plural eterna en abril de 1841, la revelación de julio de 1843 declara: "He aquí, he visto tus sacrificios, y perdonaré todos tus pecados; he visto tus sacrificios al obedecer lo que te he mandado. Ve, pues, y te prepararé la manera de escapar, así como acepté de Abraham la ofrenda de su hijo Isaac" (vers. 50; véase también 60).

La prueba se retiró con el Manifiesto de 1890. En ese tiempo, Wilford Woodruff, quien poseía las llaves selladoras para autorizar todos los matrimonios eternos válidos, declaró que el mandamiento ya no era un deber de los Santos. Ellos iban a vivir la monogamia como los santos del Libro de Mormón. Catorce años después, en 1904, el Presidente de la Iglesia Joseph F. Smith no siguió permitiendo nuevos matrimonios plurales.

Mientras era apóstol, Joseph F. Smith explicó:
"Mucho se dice sobre el matrimonio plural... Es un principio que se relaciona con la vida eterna, en otras palabras, con vidas eternas o aumento eterno. Es una ley del Evangelio que tiene que ver con el reino celestial, que se aplica a todas las dispensaciones del evangelioーcuando se mandaba y no de otro modo, ni era aceptable a Dios o requerido al hombre a menos que se diera por mandamientoー, dado no únicamente en esta dispensación, sino adaptada en particular a sus condiciones y necesidades, y a las circunstancias, responsabilidades y personas, así como los deberes vicarios del pueblo de Dios en esta época del mundo" (12).
 Pese a la sinceridad y a la convicción de muchos polígamos modernos, ellos no están autorizados así que sus uniones plurales "no son válidas" (DyC 132:18).

"Multiplicarse y Henchir la Tierra"

La tercera razón que dio José Smith sobre la práctica del matrimonio plural viene del mandamiento de "multiplicarse y henchir la tierra" para las parejas polígamas. Por medio de estos matrimonios, se crean las familias fieles adicionales dentro de las cuales pueden nacer los "nobles y grandes" espíritus premortales (véase Abraham 3:22). La revelación sobre el matrimonio celestial expresa: "[las esposas plurales] le son dadas a él [su esposo] para multiplicarse y henchir la tierra, de acuerdo con mi mandamiento... a fin de que engendren las almas de los hombres" (DyC 132:63).

Es de observar que mientras un hombre tenía más esposas e hijos, menos tiempo personal tenía para pasar con cada uno. En consecuencia, su influencia directa se diluía paradójicamente.

Infortunadamente, algunos autores han descrito que la reproducción sexual ー"multiplicarse y henchir la tierra"ーera la razón principal del matrimonio plural (13). Implican que la líbido de José Smith fue la fuerza impulsora que estableció la poligamia entre los Santos de los Últimos Días. Un autor llegó lejos al escribir: "Todo el matrimonio celestial tenía que ver con el sexo y los hijos" (14). Otro declaró: "La intención de la doctrina de Smith es clara: reproducirse y proveer cuerpos para los hijos" (15). Estas apreciaciones están incompletas y son potencialmente engañosas. Multiplicarse y henchir la tierra era una de las varias razones de la restauración de la poligamia, pero no es la más importante. La cuarta razón es eternamente consecuente y, por tanto, mucho más significativa. Y no requiere el acto sexual en la tierra.

Permitir que Todas la Mujeres Dignas sean Selladas a un Esposo Eterno "para Su Exaltación en los Mundos Eternos"

La revelación del matrimonio celestial y plural (DyC 132) explica la cuarta razón del por qué la poligamia puede haberse restaurado. Empieza con José pidiendo con espíritu de oración "saber y entender cómo es que yo, el Señor, justifiqué a mis siervos Abraham, Isaac y Jacob, como también a Moisés, David y Salomón, mis siervos, tocante al principio y doctrina de tener muchas esposas y concubinas" (DyC 132:1). De manera clara, la pregunta inicial es sobre la poligamia, pero no se menciona el tema hasta el versículo 34 y no se menciona el "multiplicarse y henchir" la tierra hasta el versículo 63.

En cambio, en lo que parece ser casi una variación al azar de temas, la revelación hace énfasis rápidamente en la necesidad de la autoridad del sacerdocio para sellar todas las cosas en la tierra, con el fin de que esté juntos después de la muerte:
"Y de cierto te digo que las condiciones de dicha ley son estas: Todos los convenios, contratos, vínculos, compromisos, juramentos, votos, prácticas, uniones, asociaciones o aspiraciones que no son hechos, ni concertados, ni sellados por el Santo Espíritu de la promesa, así por el tiempo como por toda la eternidad, mediante el que ha sido ungido, y eso también de la manera más santa, por revelación y mandamiento, por conducto de mi ungido, a quien he nombrado sobre la tierra para tener este poder (y he nombrado a mi siervo José para que tenga este poder en los últimos días, y nunca hay más de una persona a la vez sobre la tierra a quien se confieren este poder y las llaves de este sacerdocio), ninguna eficacia, virtud o fuerza tienen en la resurrección de los muertos, ni después; porque todo contrato que no se hace con este fin termina cuando mueren los hombres" (DyC 132:7).
Esta desviación inmediata para analizar el poder del sacerdocio indica que la razón principal de tener una "pluralidad de esposas", incluso en los tiempos del Antiguo Testamento, es complicado y puede trascender el simple mandamiento de "multiplicarse y henchir" la tierra.

Los versículos 7-20 dan una idea de lo que podría considerarse como la doctrina cumbre que José Smith enseñó: el carácter eterno y la deificación del matrimonio. De manera irónica, este singular concepto teológico no tiene nada que ver directamente con el matrimonio plural aunque se dio como respuesta a una pregunta sobre el tema.

La Bendición del Matrimonio Eterno

Brigham Young reconoció que la relación matrimonial en lugar de plural es "el hilo que corre del principio hasta el fin" en el plan de Dios para Sus hijos:
"El asunto completo de la relación matrimonial [no el matrimonio plural] no está a mi alcance, ni al de cualquier hombre en esta tierra. Es sin principio de días ni fin de años; es un tema difícil de concebir. Podemos decir algunas cosas al respecto; que pone el fundamento para los mundos, para los ángeles y para los Dioses; para que los seres inteligentes sean coronados con gloria, inmortalidad y vidas eternas. De hecho, es el hilo que corre del principio hasta el fin del santo Evangelio de salvación; del Evangelio del hijo de Dios. Es de eternidad en eternidad" (16).
 Para leer más sobre la teología de José Smith en relación con el matrimonio eterno, consulta Joseph Smith's Polygamy: Toward a Better Understanding [La Poligamia de José Smith: Hacia una Comprensión Mejor].