La práctica de la poligamia se expandió cuando los Santos de los Últimos Días migraron a las Montañas Rocosas en 1846. Su separación de Illinois y de las leyes estatales que condenaban sus matrimonios los llevaron a territorios del país que no los prohibían. No obstante, los primeros pluralistas de Utah reconocieron que no sería fácil defender la práctica religiosa como legítima. El matrimonio plural en la tierra expande las oportunidades emocionales y sexuales de un hombre como esposo, y al mismo tiempo fragmenta las oportunidades emocionales y sexuales de la mujer como esposa. Aunque sería, sin duda, diferente en los mundos eternos, en la tierra es difícil defenderlo como algo justo y no sexista.
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Explicación: Las Mujeres Superaban Numéricamente a los Hombres
Explicación: Valor Publicitario
Explicación: Resolver los Problemas Morales del Mundo
Explicación: El Matrimonio Plural es un Beneficio de Salud
En un artículo de 1855 del Millennial Star, periódico de la Iglesia, el Apóstol Franklin D. Richards reconoció que los mormones enfrentaban un desafío cuando daban una explicación de la práctica de la poligamia: "El tema de la poligamia levanta los prejuicios de los fieles devotos, recurre a la virtud de la persona honrada e incita el charco de barro de corrupción en el corazón de los promiscuos... Sus virtudes serán vistas y apreciadas, o malinterpretadas, según el medio a través del cual los hombres lo vean" (1).
En un artículo posterior, él mostró empatía con los críticos: "No nos sorprende... que hombres de reflexión y virtud, que tenían conocimientos del mundo, se sintieran indignados ante la Poligamia. La consideraban como algo que complacía las pasiones brutales del hombre; y desde el bajísimo nivel de virtud, apenas podían concebirlo como nada más que lascivia asociada al sexo. Respetamos los sentimientos de aquellos hombres; porque sabemos que con tales ideas, debe haberles repugnado enormemente" (2).
Los apologistas de la Iglesia intentaron defender la práctica al adoptar explicaciones que cubrieran tales críticas. Aparentemente, las cuatro razones que José Smith dio en DyC 132 no convencieron mucho a los incrédulos pero tampoco fue ofensivo para sus sentimientos cristianos.
Los creyentes de la Biblia podrían entender fácilmente las dos primeras (como parte de la "restauración de todas las cosas" y como una prueba especial para los Santos de los Últimos Días de aquel tiempo y lugar), pero no fueron muy convincentes.
En contraste, la tercera razón, "multiplicar y henchir la tierra" para proveer cuerpos para los "nobles y grandes" espíritus premortales que esperaban nacer en la tierra, sería rechazado por la mayoría de cristianos quienes por lo general no creen en la existencia premortal espiritual.
La cuarta razón, que tiene que ver con el matrimonio eterno y la deificación, es aun más blasfema para la mentalidad cristiana.
Lawrence escribió que "Smith y sus seguidores se identificaron tan estrechamente con los patrones culturales de los hebreos de la Biblia que se consideraban a sí mismos, de manera consciente, como el Israel moderno y trataron de recapitular en su propia vida gran parte de los valores y prácticas de una antigua forma de vida... A menos que uno esté preparado para asumir a priori que la vida social y las costumbres de los hebreos de la Biblia no eran válidas o que cualquier intento completo de trasladar diferentes valores culturales a la propia vivencia es inherentemente psicopatológico, debería reservarse la opinión sobre José Smith hasta que se considere toda la evidencia" (3).
En consecuencia, para combatir las críticas, los apologistas de la Iglesia adelantaron diversas explicaciones que justificaban el matrimonio plural para miembros SUD y no miembros.
Estas explicaciones no parecen haberse originado con José Smith o estar relacionados directamente a los principios teológicos que enseñó en cuanto al matrimonio plural y eterno.
Este artículo examinará cuatro explicaciones que dieron los defensores del matrimonio plural que ya no se promueven actualmente en el liderazgo de la Iglesia SUD.
Explicación: Las Mujeres Superaban Numéricamente a los Hombres
A veces, los miembros de la Iglesia y otros observadores han asumido que el matrimonio plural fue instigado para permitir que un aparente "exceso" de mujeres se casaran (4). Esta proporción desigual disminuiría de otro modo de manera significativa las posibilidades de que las mujeres se casaran en una sociedad monógama.
En contraste, la tercera razón, "multiplicar y henchir la tierra" para proveer cuerpos para los "nobles y grandes" espíritus premortales que esperaban nacer en la tierra, sería rechazado por la mayoría de cristianos quienes por lo general no creen en la existencia premortal espiritual.
La cuarta razón, que tiene que ver con el matrimonio eterno y la deificación, es aun más blasfema para la mentalidad cristiana.
Lawrence escribió que "Smith y sus seguidores se identificaron tan estrechamente con los patrones culturales de los hebreos de la Biblia que se consideraban a sí mismos, de manera consciente, como el Israel moderno y trataron de recapitular en su propia vida gran parte de los valores y prácticas de una antigua forma de vida... A menos que uno esté preparado para asumir a priori que la vida social y las costumbres de los hebreos de la Biblia no eran válidas o que cualquier intento completo de trasladar diferentes valores culturales a la propia vivencia es inherentemente psicopatológico, debería reservarse la opinión sobre José Smith hasta que se considere toda la evidencia" (3).
En consecuencia, para combatir las críticas, los apologistas de la Iglesia adelantaron diversas explicaciones que justificaban el matrimonio plural para miembros SUD y no miembros.
Estas explicaciones no parecen haberse originado con José Smith o estar relacionados directamente a los principios teológicos que enseñó en cuanto al matrimonio plural y eterno.
Este artículo examinará cuatro explicaciones que dieron los defensores del matrimonio plural que ya no se promueven actualmente en el liderazgo de la Iglesia SUD.
Explicación: Las Mujeres Superaban Numéricamente a los Hombres
A veces, los miembros de la Iglesia y otros observadores han asumido que el matrimonio plural fue instigado para permitir que un aparente "exceso" de mujeres se casaran (4). Esta proporción desigual disminuiría de otro modo de manera significativa las posibilidades de que las mujeres se casaran en una sociedad monógama.
En 1881, John C. Kimball, miembro de la Iglesia, declaró que mientras vivía en Nauvoo, recordaba que la poligamia era una respuesta de "sentido común" ante el gran número de mujeres conversas:
"El hecho es que mientras estaba en Nauvoo, nuestros misioneros en el extranjero hallaban conversos mucho más rápido entre las mujeres solteras que entre los hombres. La consecuencia fue que, al llegar a una nueva comunidad donde no había hogar ni protectores que fueran suyos, teníamos que dividirlas entre las diferentes familias. Pronto, descubrimos que esto dio lugar a escándalos y a posibles uniones ilícitas, y como cuestión de decencia y moral tuvimos que prepararnos de alguna manera por medio del cual este exceso de mujeres pudiera tener relaciones normales con las familias donde se les colocaba. Darles en matrimonio a las cabezas de familia con todas las garantías de la religión nos pareció la única forma posible: Y así, utilizando nuestro sentido común, lo tomamos como la voluntad del Señor" (5).
Ninguna evidencia histórica respalda el relato de John Kimball, pero su historia demuestra una de las justificaciones prácticas que se han promovido.
David J. Whittaker observó que Jedediah Grant hizo uso de este razonamiento en 1851 para justificar la poligamia al político Thomas L. Kane, quien defendía la posición de la Iglesia ante los burócratas de Washington: "Grant siguió relatando que había explicado a [Thomas L.] Kane que el matrimonio plural fue necesario porque el número de mujeres sobrepasaba al de los hombres en tres por cada dos, y esta proporción estaba obligando a muchas mujeres a casarse fuera de la Iglesia" (6).
Grant hizo este razonamiento:
"Al propagarse nuestros principios y la congregación de los que los abrazaron, se descubrió después de nueve años que el número acumulado de mujeres era de tres por cada dos hombres, mostrando que un tercio de nuestras mujeres debían permanecer solteras, o casarse fuera de la Iglesia.
"Se pensó que cualquier opción no era política. Se dejó al Profeta José Smith que preguntara al Gran Alouheam [Elohim], quien es y siempre ha sido el que dispuso esta doctrina, concediendo de cuando en cuando dispensaciones especiales según la situación y circunstancia del pueblo a quienes se daban dichos permisos; la dispensación [permiso] dada por el Señor a través del Profeta, para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es limitada y estricta en su naturaleza; semejante a la que se dio a Abraham y a otros en su día, y no tan flexible como la dispensación [que] parece haberse dado en los días de David y Salomón" (7).
Los que no eran mormones también reflejaron la idea de que la poligamia podría ser necesaria porque había más mujeres que hombres. En 1852, el escritor John W. Gunnison escribió: "Se... mantiene que hay una gran disparidad de números entre ambos géneros, y que la predominancia del sexo femenino es mayor de lo que puede contarse desde la guerra, los peligros del mar y otros riesgos, y por lo tanto, la naturaleza indica la propiedad de la pluralidad, ya que el matrimonio es honorable para todos" (8).
Franklin D. Richard argumentó que fuera de los límites de los Santos de los Últimos Días, las mujeres también superaban en número a los hombres y que la poligamia podía curar el mal de la "soltería en la ancianidad". En el Millennial Star del 17 de febrero de 1855, hizo valer la justificación estadística para el matrimonio plural:
"Las listas del censo revelan un hecho de importancia melancólica, que no ha captado la suficiente atención de nuestros filósofos sociales. Ellos muestran que, en las ciudades más grandes de la Unión, las mujeres superan a los hombres en un diez por ciento; así que, si cada hombre fuera compelido por la ley a tomar para sí a una esposa, ¡un vasto número del bello género aún estaría condenada a la torturante "esperanza aplazada" de la soltería en la ancianidad!...
"Pero, ¡ay de las damas! La [des]igualdad de número no es la única calamidad contra la que tienen que contender. No hay compulsión legal de cada hombre para casarse. En esta república libre, cada hombre puede ejercer un despotismo sultánico sobre sus propios afectos, y en el asunto del matrimonio, consultar solo sus propias inclinaciones... Dejamos a los estadísticos, curiosos en estos temas, detallar los resultados morales y sociales en una condición de superfluidad femenina" (9).
La percepción de que la poligamia fue instituida para igualar el exceso de mujeres para los hombres miembros de la Iglesia ha persistido en el siglo veinte. Como reconoció el investigador Philip R. Kunz: "Un estudio de 421 residentes de la zona rural de Utah indicó que los encuestados creían que un superávit de mujeres era la razón primordial de la práctica mormona de la poliginia" (10).
A pesar de estas observaciones y afirmaciones, una revisión detallada del número de mujeres y hombres en Nauvoo, y más tarde en Utah, muestra que nunca fue una fuerza impulsora primordial en la práctica.
La historiadora Donna Hill escribió con respecto a los censos de género en el oeste: "No es válido el reclamo del número excesivo de mujeres, puesto que los censos de los Estados Unidos de 1850 a 1940 y todos los registros disponibles de la iglesia de Utah muestran que los hombres superaban a las mujeres en la iglesia y en Utah" (11).
John A. Widtsoe, científico y Apóstol de la Iglesia, abordó directamente este punto de vista común pero inexacta: "La más común de estas conjeturas [explicando por qué se practicaba la poligamia en los años 1800] es que la Iglesia, por medio del matrimonio plural, buscó proveer esposas para su gran cantidad de mujeres miembros. La suposición implícita en esta teoría de que haya habido más mujeres que hombres en la Iglesia no es respaldada por evidencia existente. Por el contrario, parece que había más hombres que mujeres en la Iglesia. Por lo general, son familias - padre, madre e hijos - los que se han unido a la Iglesia. Por supuesto, muchas mujeres solteras se han convertido, pero también muchos hombres solteros" (12).
El argumento de que la poligamia fue necesaria debido a que la cantidad de mujeres solteras excedía el número de hombres sin casarse no tiene el respaldo de los estudios de población de la época. Parece que esta explicación ha sido más una idea tardía.
Si bien puede haber dado una justificación lógica, que era cierta en algunas localidades, esto tuvo poco o ningún impacto real en la introducción y la práctica de la poligamia de José Smith.
Explicación: Valor Publicitario
B. H. Roberts, uno de los presidentes de los Setenta de la Iglesia SUD, dio un enigmático punto de vista en 1930:
"Una posible razón que se menciona para justificar la introducción del matrimonio plural en la Nueva Dispensación es su valor publicitario... No veo nada de malo en referirme a ello [la poligamia] como que poseía cierto valor publicitario para toda la obra de Dios... Y sé que no hay ninguna cosa en la Nueva Dispensación que haya hecho tanto para mantener aquella dispensación y su mayor mensaje ante el mundo como este principio mismo del matrimonio plural y su práctica en la iglesia. Ha mantenido su mensaje casi constantemente delante de los hombres; a través de la prensa, diaria, semanal y mensualmente. Se ha convertido en el incentivo para multiplicar los libros sobre el "Mormonismo" ad libitum [a voluntad]. Ha mantenido a la Nueva Dispensación ante las legislaciones del estado y de la casa del congreso y del senado. Delante de los presidentes sucesivos de los Estados Unidos y sus gabinetes. Ante los tribunales estatales y territoriales; y una y otra vez frente a la corte suprema de los Estados Unidos, y a través de esta corte ha atraído la atención de los líderes de pensamiento de todo el mundo". (13)
El élder Roberts refleja un distinto punto de vista, indicando aparentemente que la publicidad negativa es mejor que ninguna. Sin embargo, no parece probable que haya producido un efecto positivo en el programa misional de la Iglesia.
Explicación: Resolver los Problemas Morales del Mundo
Desde que Orson Pratt ofreció la primera defensa del matrimonio plural en 1852, una de las razones que se afirmaron para el establecimiento de la poligamia fue ayudar a librar al mundo de los males sociales de la prostitución y el libertinaje. Orson Pratt aseveró que al adoptar el matrimonio plural, "la prostitución, el adulterio y la fornicación" serían "completamente eliminados". (14)
De manera similar, un escritor no identificado en un artículo del Millennial Star de 1853 escribió: "He llegado a la conclusión... de que el sistema de una esposa no solo degenera la familia humana, tanto física como intelectualmente, sino que es incompatible con las nociones filosóficas de la inmortalidad; es un anzuelo para la tentación, y siempre ha probado ser una maldición para la gente". (15)
Al permitir que un hombre tenga más esposas, se teorizaba que las amantes y los burdeles ya no se frecuentarían por hombres inducidos por la libido. Un miembro de la Iglesia escribió en 1854: "En Deseret, no hay libertinos, con sus amantes, ni casas de prostitución, ningún caso de seducción, ni de los que disturban la paz de las familias en los Estados bajo sus leyes. Aquí cada mujer puede tener lo que Dios quería que tuvieraーun esposoーy cada hombre que lo quiere, puede tener una esposa". (16)
Un año después, el polígamo de Nauvoo, Franklin D. Richards expresó de forma dramática la opinión común que sostenían muchos Santos de los Últimos Días de que el matrimonio podía resolver la inmoralidad a gran escala. Empezó explicando en términos generales la corrupción moral que percibió en el mundo que le rodeaba:
"No podemos contemplar sin lástima al hombre, que fue creado a la imagen de Dios, que está a la cabeza de la creación, llegar a ser un ser pobre, decadente y degradado; y a una mujer casta, bella y hermosa siendo engañada, estrujada, cambiada, traicionada, hundida en el crimen, una criatura que vive de la lujiria y para ella; o ver que los poderes que Dios ha dado al hombre para la propagación de su especie se pervierten por el libertinaje y la lascivia, con todo sus efectos repugnantes, mortales, corrompidos y dañinos, sin consideración alguna por la humanidad caída...
"Nadie puede detestar más que nosotros el estado aborrecible, degradante, corrupto y miserable del mundo, en relación a la obscenidad, la lascivia, el adulterio y el libertinaje". (17)
Luego, el élder Richards postuló que la práctica del matrimonio plural podía aliviar estos problemas: "Quisiéramos observar que la filosofía, la moralidad, la ley, y la cristiandad, tal como se enseñan hoy, han fallado notablemente en detener este monstruoso mal social y moral. El estado actual del mundo da prueba de su incompetencia. Creemos que la forma del Señor [la poligamia], practicada por los antiguos hombres de Dios, es decir, la "Restitución", como se reveló posteriormente, lo detendrá de entre nosotros". (18)
Aunque el matrimonio plural hubiera podido ayudar a la moral de los hombres a controlar sus impulsos sexuales al permitirles tener esposas adicionales, es cuestionable saber si habría tenido una influencia significativa sobre hombres que poseían valores éticos más bajos.
La capacidad de la poligamia para refrenar los males de la prostitución y otros abusos sexuales no está comprobada.
Explicación: El Matrimonio Plural es un Beneficio de Salud
Entre 1852 y 1890, se propuso un argumento que afirmaba que la poligamia producía padres y una descendencia más saludables que la monogamia, reclamando que las relaciones sexuales durante el embarazo roban a "la futura madre ese vigor que debería nutrir a su descendencia embriónica, e intensificar los deseos sensuales para esa descendencia". (19)
La poligamia proporciona otras esposas para las relaciones íntimas, ayudando de esta manera al esposo a mantener la abstinencia con sus esposas embarazadas". (20)
El élder de la Iglesia Orson Spencer escribió en un folleto de 1853 que promovía el matrimonio plural: "No se asuste, señor, si le dijera que la monogamia, o el único sistema de esposas que se ha adoptado en todo el mundo cristiano, es uno muy defectuoso. No responde las demandas de la sociedad, y es inferior por completo al sistema Patriarcal de la poligamia, que presentó Dios mismo". (21)
En 1870, Brigham Young alegó de manera similar: "¡Hablen sobre la poligamia! ¡No existe filósofo verdadero sobre la faz de la tierra a menos que admitiera que tal sistema, llevado a cabo según el orden del cielo, es muy superior a la monogamia para criar hijos saludables y robustos! Cualquier persona que posea un conocimiento moderado de fisiología, o que haya prestado atención a su propia naturaleza y la naturaleza del sexo más delicado, puede fácilmente entender esto". (22)
Heber C. Kimball propuso una justificación aún más novedosa: "No tendría temor de prometer a un hombre de sesenta años que podrá renovar su edad, si tomara el consejo del hermano Brigham y de sus hermanos. He notado que un hombre que tiene solo una esposa, y que se inclina a tal doctrina, pronto empieza a marchitarse y a secarse, mientras que un hombre que practica la pluralidad luce fresco, joven y enérgico. ¿Por qué pasa esto? Porque Dios ama a ese hombre, y porque honra Su obra y Su palabra. Puede que algunos de ustedes no lo crea; pero yo no solo lo creo, también lo sé. Es poco que un hombre de Dios se limite a una mujer; pues es todo lo que podemos hacer ahora para sostener las cargas que tenemos que llevar; y no sé qué haríamos si tuviéramos solo una esposa por persona". (23)
Heber Kimball reconoció que los beneficios descritos no fueron un resultado de la poligamia en sí, sino que llegaron por el "amor" y la "honra" que Dios concedía debido a la obediencia. Sin embargo, los polígamos Santos de los Últimos Días afirmaban a veces que tener más esposas hacía a los participantes más jóvenes y más viriles.
Mientras que algunos polígamos de Utah eran motivados a creer en estos beneficios del matrimonio plural, la ciencia aún debe validarlos; pero parece que la ciencia moderna tampoco lo hará.
A pesar de todo, la creencia en la poligamia como la fuente divina de la juventud o que la descendencia monógama fuera de alguna forma físicamente superior a los hijos de los polígamos parece tener poca relación con la teología de José Smith que sostenía el matrimonio plural y tiene poco sentido a la luz de lo que sabemos sobre medicina y psicología en el siglo veintiuno.